Hay que descontaminar la atmósfera política si queremos una Cali sostenible. Mi percepción es que a Cali la estamos viendo cubierta por una gran nube y un aire contaminados -smog- producto de una serie de administraciones incompetentes. Males que vemos como nubarrones llenos de pesticidas flotando en la atmósfera en forma de material particulado con dimensiones más allá de lo permitido por la norma para respirar y PENSAR bien... Circunstancia que además no permite ver la luz del progreso común. Una nube oscura que no deja ver con claridad y mucho menos escoger el camino correcto hacia la liberación de ese poder del mal.
No solo alteramos los ciclos del agua y el carbono; generamos ciclos del mal entre contratistas y estado, desequilibrios del sistema en los que todos cargamos alguna responsabilidad por obra u omisión.
Por otro lado, la BAJA calidad del aire político no permite oxigenar los cerebros para pensar y ver despejadas las rutas de la armonía, la equidad y el civismo que se requieren. Debemos, por tanto, liberarnos cuanto antes de esa lluvia ácida que baña nuestras cabezas y nos desanima a colaborar.
PROCESO DE DESCONTAMINACIÓN
Hay que precipitar cuanto antes esa lluvia ácida del pesimismo que cubre nuestro cielo, captarla como se debe recoger siempre el agua lluvia, encauzarla y tratarla para hacerla potable emocionalmente y poder así recuperar el civismo que alguna vez nos caracterizó.
No solo alteramos los ciclos del agua y el carbono; generamos ciclos del mal entre contratistas y estado, desequilibrios del sistema en los que todos cargamos alguna responsabilidad por obra u omisión.
Por otro lado, la BAJA calidad del aire político no permite oxigenar los cerebros para pensar y ver despejadas las rutas de la armonía, la equidad y el civismo que se requieren. Debemos, por tanto, liberarnos cuanto antes de esa lluvia ácida que baña nuestras cabezas y nos desanima a colaborar.
PROCESO DE DESCONTAMINACIÓN
Hay que precipitar cuanto antes esa lluvia ácida del pesimismo que cubre nuestro cielo, captarla como se debe recoger siempre el agua lluvia, encauzarla y tratarla para hacerla potable emocionalmente y poder así recuperar el civismo que alguna vez nos caracterizó.
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